Matias Brain, nació el 15 de enero de 1974, es un triatleta chileno. Ha sido varias veces campeón nacional, ha participado en olimpiadas y la logrado un cuarto puesto en un mundial, pero en su historia hay una peculiaridad que la ciencia no encuentra explicación, la anomalía Brain.
Carrera profesional
Competía en el Triatlón desde 1997, obteniendo primeros lugares en diferentes competencias de Chile, como Lican Ray, Punta Puyai, Antofagasta, Puerto Varas y Pucón, además de obtener un cuarto lugar en el mundial de Brasil.
Compitió en el primer Triatlón Olímpico, llevado a cabo en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Obtuvo el lugar 41º con un tiempo de 1:53:44.
Fue campeón nacional por varios años, y en el 2001 le ganó a la leyenda Cristián Bustos en el Triatlón de la Serena. Cabe destacar que la especialidad de Bustos es la distancia ironman (la más dura).
El 2003 se retiró del Triatlón profesional, pero tiene su propio club en el cual fomenta el desarrollo de deportes de largo aliento, y prepara tanto a jóvenes como a adultos para competir en las carreras del circuito nacional con el mismo espíritu que barre metas imposibles como superar su rara enfermedad.
El 2005 corrió en el triatlón de larga distancia en el Triatlón de Piedra Roja, en la laguna chicureo.
A los 38 años superó con éxito el infarto que pondría de manifiesto su rara anomalía en sus arterias coronarial según la cual, en teoría, no debería siquiera haber sido deportista, y mucho menos un triatleta de élite.
La anomalía de Brain
Como una jornada cualquiera, Brain estaba nadando como parte de su preparación física diaria que le permitía competir en lo más alto. Su próximo desafío era el Maratón de Berlín, en septiembre, pero no pudo correr ahí. Mientras estaba en el agua, empezó a sentir náuseas, ardor en el pecho, transpiración helada y dolor en los brazos. Se especuló con una posible intoxicación por pintura fresca en el recinto, pero al llegar a su casa, después de dos horas desde los primeros síntomas, intentó subir las escaleras y “ahí casi me desmayo”, relataba, percibiendo la gravedad de su estado y acudiendo de inmediato al hospital.
“Fue un pequeño infarto”, aclaraba Brain. Los exámenes dejaron todo claro. El ex-triatleta había sufrido un infarto al corazón, que comprometía el cinco por ciento de ese órgano.
Pero la preocupación no terminó ahí. Se quedó hospitalizado cinco días en la Clínica Las Condes y el doctor Patricio Venegas encargó más exámenes, en busca de una explicación, pues es muy raro que un deportista de élite con tan sobrio calendario de entrenamientos y cuidado en su nutrición pudiera padecer este tipo de dolencias típicamente sedentarias y consecuencia de un exceso en grasas animales en la dieta.
Los resultados fueron concluyentes pero preocupantes: Brain tiene una rara patología cuyo más destacado rasgo es mostrar las arterias coronarias con una forma extraña, y tal vez eso fue lo que causó el infarto. Las arterias de su corazón tienen una forma irregular, como que se ensanchan y se angostan sin el patrón habitual.
Los doctores establecieron una junta médica para evaluar la gravedad del asunto, y se considera una anomalía sin explicación, el hecho de haber ganado campeonatos mundiales en el deporte más extremo que existe padeciendo esta sintomatología.